Una comunicación simple: hablar de algún hecho tangible y objetivo, una noticia, algo no debatible que es no más..ahi el mensaje es entendido, recepcionado, decodificado e interpretado mas o menos con precisión.
Pero si trasladamos este mismo ejercicio a abstracciones más difíciles, como compartir experiencias subjetivas, o tratar de transmitir una emoción, la cosa se pone más díficil. No basta lo verbal.
Bueno, pongamoslo más complejo aún y pensemos en dos personas tratando de comunicar, lo que el otro sintió cuando la otra persona dijo, hizo o sintió tal cosa. No sólo ya hay una dificultad en entender lo que la otra persona quiere decir, producto de que las interpretaciones acá son aún más subjetivas. Piensen aún cuando la persona no es clara en su comunicación, y cierta contradicción lo traiciona, algo en su lenguaje no verbal, ciertos signos, ciertas palabras nada muy claro.
Además agreguemos el factor emocional: la otra persona entiende el mensaje, pero sus emociones aparecen y resisten la aceptación. Sobre todo si es algo que duele al ego. Las emociones bifurcan el dialogo, entorpecen el entendimiento .. Ahí aparece la Incomunicación. En este lugar la comunicación se hace imposible... un sudoku donde las posibilidades son 1 en 10,000, de crear algun acuerdo. Lo divertido es que se logra: despues de buenos ajustes e idas y vueltas emotivas y cognitivas.
Necesariamente en ese nivel la comunicación es un acto de fe y confianza..
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