sábado, mayo 14, 2011

Años que son como horas, y horas que son como años

Es quizás de las cosas más extrañas. El reloj puede andar casi como si el minutero fuera de plomo, o a veces más liviano que una pluma. Esa sensación relativa del tiempo creo que se relaciona con la conexión. Ayer miraba fotos del colegio, desde hace.. y duele decirlo: 17 años atrás.
Al mirarlas da una sensación extraña, como que si eso no hubiera sido hace tanto, pero por otro lado una sensación de haber recorrido mucho desde entonces.
Una sensación de nostalgia aparece y recuerdos difusos, quizás no completamente objetivos. Porque no hay recuerdo que no tenga ese tizne de emoción y de realidad aumentada.
Después de detenerme a mirar las fotos, mirar las caras de compañeros que no han cambiado mucho a lo que son ahora... pienso en : como se pasa la vida.
Quizás suene obvio y básico, pero bueno creo que para muchos (me incluyo) puede ser un pensamiento que evitamos,, y cómo ? fácil: corriendo.
Correr por la vida: trabajo, cosas, auto, casa, esposa, hijos. Atrás quedan amigos, personas, partes de nosotros.. y lamentablemente a veces también sueños.
El tiempo puede ser una cárcel rutinaria, o puede detenerse...
Si. Creo que puede detenerse... Se detiene en la cima de una montaña contemplando un paisaje, se puede detener en un beso, en una mirada, en un acorde, en una palabra, en un sabor, en un olor. Hay que desear detenerlo: aunque sea imposible.
Para eso quiero recordar más el fact: escaso es el tiempo y muy corta la vida.
Quiero recordarlo para amar, gozar, explorar mucho más.. y cazar sin descanso los sueños.
Lo más interesante es que para que el reloj deje de escucharse creo que se debe actuar con una paradoja: recordar nuestra finitud y el tic-tac y a la vez olvidarse completamente de él y lanzarse de cabeza al presente....



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