La herida Mapuche
Creo que el actuar del Estado en
relación al “conflicto mapuche”, y no sólo de este gobierno sino de muchos
anteriores, ha sido reaccionar en vez de hacerse cargo de gestionar el problema.
Debió suceder un asesinato, para levantar las alertas, siendo que las señales
hace tiempo ya se notaban. Solo el año pasado hubo huelgas de hambre, camiones
incendiados, etc.
El tema ahora pasó a mayores. Se
aplicó la ley antiterrorista, y se ha
montado una operativa de policial en búsqueda de los asesinos. No tengo nada en
contra de que se aplique en rigor la justicia frente a este crimen. Pero lo que
me parece insólito, es el espectáculo mediático y todo el operativo que se
produce: detenciones, allanamientos, informantes. Me recuerda al “caso Bombas”,
con helicópteros, y las fuerzas especiales desalojando los okupas. Si bien toda
esta acción, hará sentir más seguros a los agricultores, y expresará la
preocupación del gobierno, no solucionará el tema al futuro y es probable que
aparezcan nuevos brotes de violencia.
Para entender el descontento de
gran parte del pueblo mapuche, y de la aparición de grupos más extremistas,
entre ellos, hay que remontarse hacia atrás en el tiempo. En 1883, despúes de
intentos de insurrección, se ocupó la Araucanía, desplazando a los mapuches de su
territorio. Los territorios se entregaron a colonos chilenos y europeos. Luego
en 1934, los mapuches se rebelaron pero fueron aniquilados en la masacre de
Ranquil por el ejército chileno. Luego en la reforma agraria, se devolvieron
tierras a los mapuches, pero todo fue anulado despúes del golpe militar. Y la
constitución del 80 protege a los actuales agricultores por ley, por lo que la
Conadi no puede devolver las llamadas tierras ancestrales (que es una porción
pequeña de territorio).
Es cierto que la cultura mapuche,
no es dada a hacer producir sus predios agrícolas, y que los colonos europeos
trabajaron y prosperaron lo que les entregó el gobierno en su momento. Pero
también es un hecho, que existe una deuda país hacia nuestros pueblos
originarios, que no ha sido solucionada ni por becas de estudio, ni subsidios,
ni ayudas económicas. La deuda tiene que
ver con el reconocimiento y admiración de todo el pueblo chileno de la cultura mapuche.
Ese reconocimiento tiene que promoverse desde el gobierno, y contagiar a toda
nuestra sociedad.¿Cuánto se nos enseña del pueblo
mapuche en el colegio? ¿Cuánto conocemos de su cultura, su religión, su
relación con la tierra, su espiritualidad? La cultura mapuche está relegada al
olvido, frente a otros elementos históricos y culturales. No es menor que el
mismo presidente confunda la flor sagrada mapuche por otra. Sería fabuloso que se
enseñase un poco de mapudungún en el aula.
Por otro lado, el gobierno
debiese construir un dialogo comprometido con nuestro pueblo mapuche, no sólo a
través de programas, sino que dándole mayor autonomía. Quizás el pueblo mapuche
debiese lograr la capacidad de elegir democráticamente sus propios
interlocutores y contar con su propia administración, como hacen por ejemplo en
Nueva Zelanda, con los maoríes. El problema es complejo y al
gobierno actual no le queda más que hacerse cargo de esta quebrada relación.